ante las dificultades de captación solar intrínsecas de la orientación este-oeste de la parcela, mar adentro propone girar 45° las fachadas de las viviendas para maximizar el asoleo de los aposentos y las vistas panorámicas sobre el mar; de este modo se consigue el 100% de las viviendas con orientación sudeste y suroeste y una corona de aposentos que actúan como dispositivos pasivos de ahorro energético; el giro de la planta aprovecha la situación prominente de la parcela dentro del cerro del sastre orientando los aposentos en el mar, entroncando con la condición marítima de montgat; en un entorno urbano coche-dependiente condicionado por la estructura orográfica, el desencaje geométrico entre la planta sesgada y el límite de la parcela se absorbe a pie de calle con nueve tragaluces que naturalizan el aparcamiento, convirtiéndolo en el primer vestíbulo de la vivienda, en un alegato a favor de expandir el uso de los aparcamientos en un futuro inminentemente descarbonizado; la alternativa a la orientación este-oeste que implica el fruncido del envolvente tiene como contrapartida la baja compacidad del edificio; para contrarrestarla, se minimiza la dimensión de las cerraduras de vidrio a las fachadas norte y oeste y se maximiza en las cerraduras orientadas a sur con el objetivo de tener ganancias térmicas; la tipología de vivienda pasando aprovecha la brisa marina y la reducción de la temperatura del pinar del parque del cerro del sastre como estrategias de enfriamiento natural pasivo de la vivienda; cada vivienda dispone de un espacio intermedio que actúa como extensión de la estar comedor; este aposento puede transformarse en un espacio exterior (estar de verano, almohada térmica y espacio de enfriamiento pasivo) o semi exterior (estar de invierno, captador solar) según la estación y tiene que permitir recuperar la relación con la natura como contrapunto esencial de la vida doméstica; la fachada, de obra vista, replica el cromatismo del estrato geológico que aflora en el cerro del sastre.